Además de por las playas de Conil de la Frontera, nuestro pueblo destaca en la geografía española también por sus calas. Frente al temido viento de levante que a veces sopla en el litoral gaditano, la Cala del Aceite o las Calas de Roche son una excelente alternativa.
Conil presenta dos tipos de calas, las de Levante y las de Poniente, según se sitúen al norte o al sur del puerto pesquero. Esto es una doble ventaja ya que si lo que buscamos es aislarnos del viento tendremos ambos destinos a los que acudir.
Más allá de este motivo, el encanto de las calas de Conil reside en su estado virgen de conservación, acantilados altos, aguas de color turquesa en el que nadan pequeños peces y a través de las cuales podemos observar los corales que crecen en las rocas, una arena suave y unos atardeceres dignos de las mejores fotografías sobre maravillas de la naturaleza.
En el Hostal Torre de Guzmán os informamos de cómo llegar a la Cala del Aceite, la más grande y concurrida de todas, a la Cala Melchor enclave donde está permitido el nudismo, a la Cala del Puntalejo que es la que se ubica más cerca de nuestro municipio, a las Calas de Roche donde encontraréis todo tipo de servicios, establecimientos y restaurantes, y también a la Cala de El Pato. Esta última recibe su nombre de un saliente en la roca que parece la cabeza y el cuello de un pato, para observar esta figura basta con observar el paisaje desde lo alto del acantilado.
Antes de tomar rumbo a las calas sí debemos tener en cuenta que al ser accidentes geográficos naturales el acceso hasta la arena puede resultar en ocasiones algo dificultoso y que la mayoría de ellas carecen de servicio de vigilancia y de protección civil. Frente a esto, las calas de Conil son lugares exóticos y únicos donde perderse por unos días.